Las cuevas submarinas del litoral granadino son hábitats singulares que albergan comunidades únicas, entre las que se encuentran numerosas especies protegidas (como el coral naranja Astroides calycularis), otras poco frecuentes e incluso algunas exclusivas de estos ambientes. Su conservación en la actualidad se ve amenazada por numerosos agentes de impacto como pueden ser el buceo no regulado, la acumulación de basura marina, la expansión de especies exóticas y el cambio global a través del calentamiento del agua. En consecuencia, están incluidas en la directiva de hábitats como Hábitat de Interés Comunitario 8330 (“Cuevas marinas sumergidas o semisumergidas”). Además, desde 2021, la Junta de Andalucía impulsa su inventario y seguimiento dentro de LIFE INTEMARES, por el que ya se han inventariado 64 cavidades en Andalucía (21 en la costa de Granada).
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Por este motivo, desarrollar e implementar herramientas robustas de evaluación y seguimiento de hábitats es clave para orientar su gestión y conservación efectiva. En este contexto, el Cave Ecosystem-Based Quality Index (CavEBQI), desarrollado por primera vez por Rastorgueff et al. (2015), permite evaluar la calidad ecológica de las cuevas a partir de componentes funcionales del ecosistema. Además, una reciente colaboración entre especialistas de las universidades de Granada y Sevilla, la Agencia de Medio Ambiente y Agua (AMAYA) de la Junta de Andalucía, y la colaboración de centros de buceo, ha desembocado en una adaptación del CavEBQI a las cuevas localizadas en el litoral del Mar de Alborán, con el objetivo de maximizar su eficiencia en las cuevas a escala regional y facilitar las labores de monitorización (Lanza-Arroyo et al., 2024). Para ello, se ajustaron umbrales y procedimientos para que reflejen mejor sus comunidades además de estandarizar los protocolos de muestreo. Asimismo, su uso por la Junta de Andalucía incorporó un componente de presencia de especies exóticas al esquema original para captar potenciales presiones emergentes a este agente de impacto.
Funcionamiento del índice CavEBQI:
CavEBQI integra varios componentes funcionales de la comunidad bentónica sésil y de la fauna móvil típica de cuevas. Cada componente se puntúa en una escala 0–4 (4 = máximo estatus ecológico) y todos ellos se combinan en un promedio ponderado para obtener el índice final de la cueva. Además, se calcula un Índice de Confianza (CI) que valora la calidad metodológica de los datos, también en una escala 0–4 (4 = cumplimiento total de la metodología propuesta, y por tanto, máxima confianza).
Evaluación de los Componentes de CavEBQI:
La evaluación de la comunidad sésil se organiza en medir la cobertura en pared de tres grupos morfofuncionales: filtradores pasivos (PFF) —p. ej., cnidarios como Astroides calycularis, Leptopsammia pruvoti o Parazoanthus axinellae—, pequeños filtradores activos (SAFF) —poríferos y ascidias coloniales incrustantes como Crambe crambe o Aplidium y poliquetos serpúlidos como Filograna implexa — y grandes filtradores activos (LAFF) —poríferos y briozoos estructurantes o masivos y formas erectas como Petrosia ficiformis, Chondrosia reniformis o Myriapora truncata—.
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La metodología de la evaluación de la cobertura de estos componentes se basa en tomar 10 fotocuadrículas (como mínimo) de 25×25 cm aleatoriamente distribuidas por las cuevas (idealmente 5 por pared) a lo largo de las paredes opuestas de las cuevas; las imágenes se analizan con PhotoQuad mediante 50 puntos aleatorios por imagen. Las coberturas obtenidas se transforman en un “estatus” 0–4 con umbrales adaptados a las coberturas bióticas medias del litoral del mar de Alborán (p. ej., se alcanza el estatus 4 si ≥30% porque rara vez se superan coberturas mayores por grupo). Todos estos componentes se integran con pesos relativos en un promedio ponderado que genera la puntuación final del índice. Por último, se evalúa también la estratificación volumétrica del dosel sésil como indicador complementario de la capacidad estructurante de la comunidad sésil.

La fauna móvil se evalúa mediante un censo visual único de ~20–25 min en el interior de cada cueva (zona semioscura/oscura), registrando riqueza y abundancia de organismos móviles diferenciando en tres grupos: detritívoros-omnívoros, carnívoros característicos de cuevas y carnívoros asociados a cuevas, además de anotar semicuantitativamente la presencia de enjambres de mísidos. Para facilitar el censo visual, se elaboró un listado de especies diana propias de las cuevas de la zona. Como ejemplos de carnívoros frecuentes en cuevas de nuestro litoral destacan el pez cardenal Apogon imberbis, el congrio Conger conger, gambas como Stenopus spinosus y Palaemon serratus, camarones Lysmata y algunos equinodermos (holoturias, erizos y ofiuras).

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Sciaena umbra 28-03-2023 Cueva de Cerro Gordo
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Por último, es recomendable añadir un componente de especies exóticas, evaluada de forma semicuantitativa (también a escala 0-4), dada su relevancia creciente en nuestro litoral y su potencial impacto futuro en el funcionamiento del ecosistema. De esta manera, el componente de especies exóticas funciona a modo de alarma en el funcionamiento del índice, señalando una potencial exposición a invasiones futuras y por tanto viendo su calidad ecológica amenazada. Conjuntamente, se convierten los valores de cada componente en su estatus según la escala propuesta (0–4), se aplican los pesos ecológicos definidos por el esquema para ponderar la media y se obtiene el CavEBQI adaptado en escala 0–10 para cada cueva.
Percnon gibbesi, especie de cangrejo invasor
----- Foto de especies invasoras como el cangrejo Percnon gibbesi o del alga Rugulopteryx okamurae -----
Mediante la misma ponderación se calcula también el Índice de Confianza (CI) igualmente en valores 0–10, que resume la fiabilidad metodológica (calidad de fotos, esfuerzo y aleatoriedad, zona correcta, duración y estacionalidad del censo, etc.). El CI permite interpretar con cautela los resultados obtenidos con datos subóptimos y vigilar que los cambios en la metodología no causen cambios en las tendencias temporales. Por este motivo, se recomienda aplicar el índice manteniendo niveles de confianza suficientemente altos para poder sacar conclusiones acerca de su evolución.

En conjunto, las cuevas evaluadas en el Mar de Alborán muestran una calidad ecológica media “buena”, aunque existe bastante variabilidad entre cuevas dependiendo de múltiples parámetros tanto biológicos como morfológicos. En la franja litoral de Granada y su entorno inmediato (como el Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo), las cavidades presentan coberturas bióticas totales muy altas (el más alto en la cueva de “Gorgonias”, ~74%). Estos resultados reflejan el elevado valor ecológico alto de estas cuevas, determinadas por comunidades sésiles bien estructuradas y una fauna móvil característica y diversa. En la cueva de Cerro Gordo, la marcada transición desde la sección semioscura a la oscura genera dos comunidades bien diferenciadas debido a la gran longitud de la cueva (>100 m) y al estrechamiento que separa ambas cámaras, que intensifica las condiciones oligotróficas en la zona interna. En la semioscura encontramos una cobertura biótica elevada, dominada por esponjas masivas y corales de gran tamaño, mientras que en la oscura la cobertura biótica total cae, dominada por algunas esponjas incrustantes, braquiópodos y poliquetos serpulidos. Esta diferenciación biológica se refleja también en el CavEBQI: la zona semioscura alcanza un estatus más alto (7,72) frente al moderado de la zona oscura (5,76), mostrando cómo los gradientes ambientales internos reducen la complejidad estructural y, por tanto, el valor del índice en el tramo más profundo.

Sin embargo, se debe recordar que el estatus ecológico que calcula el CavEBQI refleja, en un momento concreto, el funcionamiento ecológico de dicha cueva (o de una sección de dicha cueva) basado en su comunidad. El estatus de conservación de un ecosistema, en cambio, es una valoración más amplia que no se debe deducir directamente del valor de CavEBQI obtenido, sino más bien de la evolución temporal del mismo y de la relación con las presiones antrópicas asociadas a esa cueva. Es por este motivo que; una cueva puede tener un valor ecológico bajo por condiciones naturales y no por deterioro. Por ello, el propio estudio y el informe oficial subrayan que los valores del CavEBQI no determinan el estado de conservación; sirven para comparar la calidad ecológica y para seguir tendencias que, junto con una evaluación detallada y repetida en el tiempo, permiten entonces valorar la conservación de este hábitat.
A partir de esta base metodológica y diagnóstica, la Junta de Andalucía ha inventariado 64 cuevas y, apoyándose en el CavEBQI adaptado, ha establecido una red de seguimiento con el objetivo de detectar cambios y priorizar actuaciones de conservación. Dado el abanico de presiones potenciales, mantener un monitoreo a largo plazo con protocolos estandarizados en la costa resulta esencial para anticipar impactos, evaluar la efectividad de medidas de gestión y garantizar la preservación de estos hábitats tan singulares.
MÁS INFORMACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
- Lanza-Arroyo, P., Sempere-Valverde, J., Digenis, M., Remón, J.M., Moreno, D., Barrajón, A., de la Linde, A., del Carmen Arroyo, M., Fernández-Casado, M., Mallofret, E., Sánchez-Tocino, L., Gerovasileiou, V., & Navarro-Barranco, C. (2024). Baseline for marine cave monitoring strategies in the Alboran Sea using modified Cave Ecosystem-Based Quality Index (CavEBQI). Marine Pollution Bulletin, 209(2024), 117065. https://doi.org/10.1016/j.marpolbul.2024.117065
PABLO LANZA ARROYO










