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CUEVAS SUBMARINAS

INTERES Y ECOLOGÍA DE LAS CUEVAS SUBMARINAS

De entre los numerosos hábitats marinos que se encuentran en nuestras costas, las cuevas submarinas son uno de los más valiosos. La singularidad de sus comunidades en cuanto a su composición taxonómica y ecología, unido a los problemas de conservación a los que se enfrentan, han determinado que  se encuentren entre los hábitats marinos de interés prioritario protegidos por la Unión Europea. Pese a ello, nuestro grado de compresión de estos ecosistemas aún es muy escaso.

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Diferentes especies de esponjas cubren las paredes de una cueva en la isla del Rey (Chafarinas)

Solemos asociar los ambientes cavernícolas con áreas empobrecidas. Esta percepción no es errónea, siendo la relativa escasez de vida y la simpleza de sus comunidades una de las características más llamativas de los ambientes cuevernícolas. Sin embargo, las zonas más próximas al exterior suponen una importante excepción. Estas áreas que no son totalmente oscuras albergan una de las comunidades de invertebrados más diversas e interesantes de nuestros ecosistemas costeros (comunidad de cuevas semioscuras); Corales, esponjas, gorgonias y otros muchos grupos de organismos llenan las paredes y los techos de las cuevas submarinas, mostrando una abundancia y riqueza de especies generalmente mayores que las observadas en los ambientes fotófilos del exterior. Ello es debido a que la competencia entre especies litorales por lograr asentarse en zonas bien iluminadas y con abundante alimento es muy fuerte, hasta el punto de que uno de los factores más limitantes para las comunidades marinas que viven fijas al substrato es el espacio disponible. En esta lucha por obtener unos pocos centímetros cuadrados donde asentarse, las algas marinas generalmente ganan la partida. Sin embargo, la escasa luz presente en la entrada de las cuevas no es suficiente para la mayoría de las especies de algas, de modo que las tornas se cambian y es el turno de los invertebrados.

A medida que vamos penetrando en el interior de las cuevas la riqueza de organismos va disminuyendo. En estas zonas donde la luz es completa o prácticamente inexistente nos encontramos las comunidades de cuevas oscuras. Son pocos las especies capaces de habitar esas áreas tan aisladas y donde el alimento es tan escaso. Sin embargo, estas zonas albergan más cantidad de organismos de las que aparentan y, además, es aquí donde encontramos las especies más interesantes. Solo es necesario mirar con detenimiento para poder observar las numerosas esponjas y gusanos incrustantes que tapizan las paredes o los pequeños organismos que permanecen escondidos en el sedimento fangoso. Muchas de estas especies son propias de ambientes más profundos, a los cuales las cuevas se asemejan mucho por la falta de luz, su estabilidad y condiciones oligotróficas. Este hecho brinda a los científicos una oportunidad buenísima para poder estudiar de cerca organismos muy poco conocidos. Especies que de otro modo solo podríamos investigar por medio de aparatosos y caros equipos de inmersión, en las cuevas submarinas podemos verlos, tocarlos y estudiarlos de manera directa a pocos metros de profundidad.

Pleisonika narval

También son el hogar de muchos grupos denominados como “fósiles vivientes”, grupos de animales que florecieron cientos de miles de años atrás pero de los que hoy día la mayor parte de las especies se encuentran extintas y las que sobreviven apenas han cambiado desde entonces. Algunos ejemplos son los remipédios o los braquiópodos, esos últimos especialmente abundantes en la Cueva de Cerro-Gordo

Braquiópodos articulados e inarticulados cubren la pared de la cueva.

En estas zonas internas también podemos encontrar otras especies que se refugian en la oscuridad de las cuevas durante el día para salir a alimentarse durante la noche. Es el caso de peces como las brótolas, congrios y corvallos, o pequeños invertebrados como los misidáceos, un grupo de crustáceos que forman enjambres de cientos de individuos dentro de las cuevas, de donde salen nadando al el exterior a la caída del sol como si de murciélagos se tratara.

Un camarón espinoso Stenopus spinosus alimentándose de misidáceos. En el vídeo se ve como los va acorralando con sus largas pinzas para facilitar su captura.

Aunque podríamos pensar que estos lugares tan aislados se encuentran más protegidos de las perturbaciones humanas, los efectos de nuestras actividades también se hacen sentir aquí. Mientras que fuera de las cuevas las especies experimentan cambios en la disponibilidad de alimento, la temperatura o la luz entre el día y la noche o entre el verano y el invierno, las especies que viven en el interior de las estas están adaptadas a unas condiciones ambientales muy constantes en el tiempo. Como consecuencia de ello, estas especies presentan dinámicas mucho más estables y son más susceptibles de verse afectadas por modificaciones ambientales de origen natural o antrópico (ej. Calentamiento climático). Por otro lado, el ritmo al que se desarrollan las comunidades es mucho más lento dentro de las cuevas. Hay ecosistemas en los que el proceso de sucesión ecológica ocurre a mucha velocidad. Por ejemplo muchas comunidades de algas tienen un desarrollo muy rápido; podemos dejar una roca completamente desnuda y verlas recubiertas de nuevo de algas al cabo de pocos meses. En cambio, las especies que viven en cuevas requieren mucho tiempo para desarrollarse. Las larvas y juveniles tardan más en llegar a estos lugares y el crecimiento de los organismos en ellas es muy lento por lo que, ante cualquier perturbación, el tiempo requerido para recuperarse suele ser muy amplio.

Un camarón espinoso Stenopus spinosus se desplaza sobre una pared "ahogada" por el sedimento, procedente en parte del aleteo de los buceadores.

Por todas estas razones, existe una especial preocupación por la protección y conservación de las cuevas submarinas y se están dedicando muchos esfuerzos por caracterizar sus comunidades y comprender su funcionamiento. Sin embargo, el número de cuevas y organismos estudiados aún es muy reducido. Además, las características de cada cueva son diferentes y pequeñas variaciones en su topografía, orientación o profundidad hacen que las condiciones ambientales y las comunidades que observamos en cada cueva sean únicas. Por tanto, aún queda mucho por descubrir.

Buceador en la cueva de Cerro Gordo levantando, con las aletas,  el fino sedimento del fondo

EL ESTUDIO DE CUEVAS SUBMARINAS EN LA COSTA GRANADINA

Mientras que en zonas como la costa de Huelva o gran parte del litoral de Málaga y Cádiz dominan las zonas arenosas, la accidentada orografía de la provincia de Granada ha determinado la presencia de grandes formaciones de roca caliza. Estas áreas son idóneas para la formación de cuevas submarinas y, por esta razón, la costa de Granada tiene la mayor densidad de cuevas submarinas, así como las de mayor tamaño del litoral andaluz.

Cuevas submarinas del litoral de Granada y parte oriental de Málaga

Las cuevas submarinas que han sido objeto de estudio se encuentran principalmente en tres zonas:

- Paraje Natural de Maro Cerro-Gordo. A caballo entre las provincias de Málaga y Granada (concretamente entre las localidades de Maro y La Herradura), este espacio protegido está considerado como Zona de Especial Protección de Interés para el Mediterraneao (ZEPIM) y Lugar de Interés Comunitario (LIC). Con una longitud de aproximadamente 12 kilómetros de longitud, el Paraje Natural acoge una de las escasas franjas marítimo-terrestres que han quedado preservadas del intenso proceso urbanizador ocurrido durante las últimas décadas en estas provincias. La región costera que engloba el Paraje Natural de Maro Cerro-Gordo y la Punta de la Mona presenta la mayor concentración de invertebrados amenazados (ya sea marinos o terrestres) de todo el territorio andaluz (Barea-Azcón 2008).

Aunque gran parte de la costa está formada por esquistos y filitas, la Sierra Almijara está compuesta fundamentalmente por mármoles dolomíticos, los cuales alcanzan la costa en determinados puntos (Cerro-Gordo y las zonas adyacentes a la playa de Cantarrijan) Es en estas zonas con presencia de rocas carbonatadas donde seencuentran las cuevas submarinas incluidas en nuestros estudios. De entre las cavernas situadas en esta zona destaca la cueva de Cerro-Gordo, la cual, con aproximadamente 100 metros de recorrido, alberga las comunidades biológicas más interesantes.

- Punta de la Mona. Se encuentra muy próxima al Paraje Natural (apenas 2.5 km al oeste), situada entre las localidades de La Herradura y Almuñécar. Se trata de un área con especial interés de conservación, estando considerada también como ZEC dentro de la Red Natura 2000.

En esta zona hay numerosas cuevas y oquedades que, exceptuando la cueva semisumergida del Jarro de unos 80 m. de longitud, tienen poco recorrido.

Cueva semisumergida de Los Gigantes

- Acantilados existentes entre las poblaciones de Calahonda y Castell de Ferro. Aunque pertenecen a un sistema montañoso diferente a los anteriores (Sierra de Lujar) las comunidades presentes (tanto terrestres como marinas) son muy similares a las observadas en Maro-Cerro Gordo y la Punta de la Mona. La geología de la zona también es de origen calizo, con abundantes formaciones kársticas y, al igual que en los dos casos anteriores, esta área se encuentra designada como Zona de Especial Conservación (ZEC).

Los estudios realizados en ellas se han centrado fundamentalmente en sus poblaciones de anfípodos (aunque también otros grupos de crustáceos perácaridos como tanaidáceos, cúmaceos o isópodos) y engloban diferentes aspectos de la biología y ecología de estos organismos: distribuciones espaciales en sustratos duro y blando, ecología trófica, colonización, etc.

- LA CUEVA DE CERRO GORDO 

- EVOLUCIÓN DE LAS COMUNIDADES MARINAS EN LA CUEVA DE CERRO GORDO DURANTE LA ÚLTIMA DÉCADA

MÁS INFORMACIÓN

BIBLIOGRAFÍA

-Litoral Granadino

- Navarro-Barranco C, Guerra-García JM, Sánchez-Tocino L, Ros M, Florido M, García-Gómez JC (2016) Amphipod community associated with invertebrate hosts in a Mediterranean marine cave. Marine Biodiversity, 46(1): 105-112

- Navarro-Barranco C, Guerra-García JM, Sánchez-Tocino L, Ros M, Florido M, García-Gómez JC (2015) Colonization and successional patterns in the epifaunal community inhabiting marine caves. Marine Ecology Progress Series,521: 105-115

- Navarro-Barranco C, Guerra-García JM, Sánchez-Tocino L, García-Gómez JC (2014) Amphipods from marine cave sediments of the southern Iberian Peninsula: diversity and ecological distribution. Scientia Marina, 78:415-424

- Navarro-Barranco C, Guerra-García JM, Sánchez-Tocino L, García-Gómez JC (2014) Mobile epifaunal community in marine caves in comparison with open habitats. Aquatic Biology, 20:101-109

- Navarro-Barranco C, Guerra-García JM, Sánchez-Tocino L, Sánchez-Prada P, Cea S, García-Gómez JC (2013).  Soft-Bottom diversity patterns in Mediterranean marine caves; lessons from crustacean community. Journal of Experimental Marine Biology and Ecology.446: 22-28

- Navarro-Barranco C, Tierno de Figueroa JM, Guerra-García JM, Sánchez-Tocino L, García-Gómez JC (2013) Feeding habits of amphipods (Crustacea: Malacostraca) from shallow soft bottom communities; comparison between marine caves and open habitats. Journal of Sea Research, 78: 1-7

- Navarro-Barranco C, Guerra-García JN, Sánchez-Tocino L, García-Gómez JC (2012) Soft-bottom crustacean assemblages in Mediterranean marine caves: the cave of Cerro Gordo (Granada, Spain) as case study. Helgoland Marine Research. 66(4): 567-576

CARLOS NAVARRO BARRANCO