La división tradicional de los Platelmintos incluía dos grupos de planarias: por un lado las parásitas (Neodermados), conocidas como duelas (Trematoda), monogéneos (Monogenea) y tenias o solitarias (Cestoda). Por otro lado, se encuentran las no parásitas. Este último se componía de la clase “Turbellaria”, también llamados turbelarios. Puesto que no se define por un ancestro común, la clase “Turbellaria” no está aceptada a día de hoy por la Sistemática, pero el término turbelario sigue siendo utilizado para referirse a aquellos platelmintos de vida libre o que no necesitan de otro organismo que les sirva de hospedador para vivir (Brusca et al., 2016). La mayoría de turbelarios se encuentran en hábitats bentónicos de agua dulce y marinos, algunas colonizan ambientes terrestres y un grupo muy reducido hacen simbiosis con otros invertebrados.
Por su simplicidad morfológica y la escasez de holotipos de las especies descritas en museos y otras colecciones, la clasificación taxonómica de los platelmintos resulta realmente difícil. El estudio del filo mediante datos moleculares ha facilitado esta tarea, cuestionándose la clasificación que existía hasta hace pocos años (Vargas y Zardoya, 2012).
De esta forma, actualmente la división de los platelmintos se reduce a dos clases. Los catenúlidos (pequeñas planarias de agua dulce, en su mayoría) y los rabditóforos, que engloban a todos los grupos parásitos y al resto de los no parásitos. Las transformaciones más notables a nivel filogenético han sido la de los gusanos acelos y nemertodermátidos, los cuales han sido extraídos del filo de los platelmintos y ahora se encuentran en la base de los bilaterados (Egger et al., 2015).
Se piensa que muy probablemente la planaria ancestral era de vida libre, a partir de la cual evolucionaron el resto de los platelmintos. El trabajo más reciente sobre la filogenia de los gusanos planos es el de Egger et al., 2015, donde se muestran las relaciones entre los distintos grupos de platelmintos usando varios modelos filogenéticos.
BIBLIOGRAFÍA
Brusca, R. C., Moore, W. y Shuster, S. M., 2016. Invertebrates. Tercera Edición. pp. 1103. Editorial Sinauer.
Egger, B., Lapraz, F., Tomiczek, B., et al., 2015. A Transcriptomic-Phylogenomic Analysis of the Evolutionary Relationships of Flatworms. Current Biology, 25(10): 1347-1353.
Vargas, P. y Zardoya, R., 2012. El árbol de la vida: sistemática y evolución de los seres vivos. pp. 597. Madrid.
PATRICIA PÉREZ GARCÍA