La gran mayoría de las especies son raras (especies de presencia ocasional, con un número reducido de ejemplares o de distribución muy restringida). Por lo general, las comunidades biológicas se componen de unas pocas especies dominantes (numéricamente y en biomasa) y un gran número de especies raras. De hecho, la mayor parte de la biodiversidad a nivel de especie consiste en un conjunto de especies pequeñas, discretas y poco conocidas. Sin embargo, las especies raras son el componente olvidado o descuidado de la biodiversidad y a menudo se ignoran y se consideran "ruido" en los estudios ecológicos. Asimismo, la conservación de la biodiversidad se centra principalmente en unas pocas especies carismáticas (generalmente vertebrados o invertebrados grandes y conspicuos) e ignora lo que representa la mayor parte de la biodiversidad. Por el contrario, la importancia de las especies raras podría ser crucial como reservorio de diversidad potencial y para la estabilidad de los ecosistemas. No solo importa la cantidad, sino también la calidad de la biodiversidad.

Recurriendo a un símil futbolístico, es conveniente contar con un amplio banquillo de suplentes que puedan sufrir las bajas de los titulares. Una amplia composición de especies puede permitir que los ecosistemas mantengan su funcionamiento estable, y un alto número de especies actúa como amortiguador contra los efectos de los impactos ambientales y mejora el potencial de recuperación de las comunidades. Por lo tanto, las especies raras son particularmente importantes desde el punto de vista de la conservación, la ecología y la biología evolutiva. Además, dado que las especies raras están representadas por solo unos pocos individuos o poblaciones pequeñas, a menudo restringidas a hábitats específicos, son vulnerables a su pérdida. En resumen, aunque aún incompleta, existe creciente evidencia científica de que muchas especies raras o poco conocidas pueden desempeñar papeles ecológicos clave en la función, la estructura y la composición de algunas comunidades ecológicas y podrían ser importantes como reservorio genético y para el potencial evolutivo a largo plazo.
Para comprender la magnitud de los cambios que la biodiversidad está experimentando hoy en día, es necesario saber qué está sucediendo con las especies raras. Desafortunadamente, solo sabemos qué está sucediendo con unas pocas especies de vertebrados o de los invertebrados más conspicuos.
JOSÉ TEMPLADO